El cabello es el vestido de nuestra cabeza
El cabello ha sido parte fundamental desde la antigüedad
Desde la más remota antigüedad, el concepto de belleza y apariencia personal ha sido la preocupación de los seres humanos. Por siglos la gente ha invertido su tiempo, esfuerzo y dinero en el lavado, cortado, coloreado, peinado, cepillado y arreglo sus cabellos. La forma en que el cabello es presentado ante los demás tiene profundas raíces psicológicas y sociales. El cabello es un mensaje. El mensaje que les damos a los otros sobre nuestra personalidad. En realidad su función natural es proteger la cabeza contra el frío y el calor, actuando como aislante y acondicionador térmico. Pero a lo largo de la Historia se ha transformado también en una apariencia con expresión intencional.
El cabello crece a un promedio de 1,3 cm. por mes. Lo que serían unos 15 cm. por año. O lo que sería también decir, 1 milímetro cada 2 días y 8 ó 9 horas. Crece más rápido entre la adolescencia y los 30 años de edad, y en las mujeres más rápido que en los hombres. Y crece más en verano que en invierno.
La forma del pelo está determinada por la posición en la que el folículo emerge del cuero cabelludo: en posición vertical, dará cabellos lacios, y en posición oblicua o curvada, cabellos ondulados. Entre las tareas de los peluqueros estuvo siempre ondular cabellos lacios o alisar cabellos ondulados, según las preferencias de sus clientes.
Los cabellos pueden ser normales, con un equilibrio en la emulsión de sebo cutáneo, y en este caso se ven brillantes y suaves. O grasos, cuando esa emulsión es abundante en grasa, y se ven brillantes y pegajosos, o secos, cuando la emulsión tiene poca grasa y poca agua; en este caso son ásperos y quebradizos.
El color del cabello está determinado por la melanina alojada en el folículo piloso. La melanina es un polímero que le da color a la piel, a la retina ocular y al cabello, y es una protección contra la radiación UV del sol.